La exploración de Marte da un giro innovador con la misión ESCAPADE (“Escape and Plasma Acceleration and Dynamics Explorers”), una iniciativa de bajo costo con una gran ambición científica. En un hito reciente, la NASA ha lanzado dos pequeños orbitadores gemelos hacia el planeta rojo con el objetivo de estudiar cómo su atmósfera ha cambiado y por qué ha perdido gran parte de su grosor.
Un lanzamiento estratégico y eficiente
El 13 de noviembre de 2025, los dos satélites de ESCAPADE despegaron a bordo de un cohete New Glenn de Blue Origin, lo que marca una colaboración clave entre la NASA y la empresa espacial de Jeff Bezos.
Cada uno de los orbitadores tiene un tamaño sorprendentemente compacto: aproximadamente del tamaño de una fotocopiadora (o hasta como un refrigerador), lo que refleja una tendencia hacia la miniaturización en la industria espacial.

Ciencia en pareja: redundancia para maximizar resultados
La misión se compone de dos naves idénticas, llamadas “Blue” y “Gold”. Esta duplicidad no solo mejora la capacidad de recolección científica haciendo mediciones simultáneas, sino que también crea una especie de “seguro”: si una falla, la otra puede seguir, lo que reduce los riesgos sin inflar el presupuesto.
Además, al tener dos puntos de observación distintos, ESCAPADE puede generar datos más completos sobre la dinámica de la atmósfera marciana.
El misterio de la atmósfera perdida
Marte, según múltiples evidencias geológicas, pudo haber tenido un pasado muy diferente: una atmósfera más densa y la presencia de agua líquida en su superficie. Pero con el tiempo, perdió gran parte de ese aire. ¿Cómo sucedió? ¿Qué papel jugó el viento solar y la magnetosfera?
ESCAPADE buscará responder estas preguntas midiendo la energía, las partículas y los flujos de plasma que escapan de Marte hacia el espacio, así como la forma en que interactúan con el viento solar. También estudiará restos del antiguo campo magnético marciano, lo que podría arrojar luz sobre cómo se protegía su atmósfera en el pasado.

Trayectoria innovadora para reducir costos
En lugar de ir directamente a Marte, los orbitadores seguirán una ruta poco convencional: primero se dirigirán al punto L2 de Lagrange, un lugar de equilibrio gravitacional entre la Tierra y el Sol. Allí permanecerán aproximadamente un año, lo que permitirá un mayor control y un impulso gravitacional para emprender luego su viaje hacia Marte. Este enfoque reduce la necesidad de grandes cantidades de combustible y también flexibiliza cuándo se puede lanzar la misión, algo muy valioso para futuras exploraciones.
Presupuesto sorprendentemente modesto
A pesar de su escala interplanetaria, ESCAPADE opera con un presupuesto relativamente bajo: unos 80 millones de dólares. Eso es posible porque la misión aprovecha tecnologías comerciales y asociaciones eficientes, apostando por la agilidad y la innovación más que por la grandeza tradicional de misiones más antiguas.
Impacto y futuro
Los datos recopilados por ESCAPADE podrían tener implicaciones importantes no solo para entender el pasado marciano, sino también para planear el futuro.
Comprender cómo se pierde la atmósfera puede ayudar a preparar misiones tripuladas a Marte porque revela cómo el viento solar y las partículas cargadas interactúan con la atmósfera superior y la magnetosfera, un conocimiento clave para comunicaciones, protección contra radiación y sostenibilidad.
Además, el éxito de una misión tan económica y ágil podría marcar un nuevo paradigma en la exploración espacial: misiones más frecuentes, más baratas y con alto valor científico. ESCAPADE podría ser un modelo para futuras naves pequeñas que exploren no solo Marte, sino también otros mundos.






