México celebra una señal alentadora en la conservación de la naturaleza: la población de jaguares ha aumentado en los últimos años, según los datos más recientes del censo nacional. Esta noticia representa un paso importante para una especie emblemática del país, pero también recuerda que aún quedan desafíos para asegurar su sobrevivencia a largo plazo.
Un crecimiento que da esperanza, pero no asegura el futuro
De acuerdo con el tercer censo nacional del jaguar realizado por la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar (ANCJ), la población de este felino en México se estimó en 5 326 ejemplares en 2024, lo que representa un incremento cercano al 10 % respecto a 2018 y alrededor de 30 % respecto a 2010.
Especialistas han calificado este avance como “alentador”, dado que la especie fue declarada en peligro de extinción en México desde 2010. Sin embargo, también destacan que la cifra actual aún queda lejos de la considerada necesaria para retirar a este felino de la lista de especies amenazadas.

Distribución geográfica y regiones clave
El jaguar, el felino más grande del continente americano, se encuentra presente en diversas ecorregiones de México, aunque su abundancia varía significativamente según la región. Según los datos del censo:
- Península de Yucatán: concentra la mayor población con cerca de 1 699 individuos.
- Pacífico Sur: alrededor de 1 541 jaguares.
- Otras zonas importantes incluyen el noreste y centro, el Pacífico Norte y la costa del Pacífico Central, cada una con varios cientos de ejemplares registrados.
Estas áreas coinciden con regiones de alta biodiversidad y con algunas de las reservas más grandes de México, como Montes Azules y Calakmul, que junto con territorios de Belice y Guatemala conforman una de las poblaciones felinas más relevantes del continente.

Factores que impulsan el crecimiento
El aumento poblacional se relaciona con varios esfuerzos coordinados entre gobierno, sociedad civil y comunidades locales:
- Expansión de áreas naturales protegidas, lo que ofrece corredores seguros para el desplazamiento de los jaguares.
- Programas de conservación y monitoreo con la participación de instituciones académicas como la UNAM y grupos locales.
- Mayor sensibilización pública sobre la importancia de la especie, lo que reduce conflictos y fomenta su protección.
Estas acciones han permitido que el jaguar cuente con un entorno más favorable para reproducirse y mantener sus territorios tradicionales.

Amenazas persistentes
A pesar de los avances, el jaguar sigue catalogado como especie en peligro de extinción. Las principales amenazas que enfrenta incluyen:
- Destrucción y fragmentación de su hábitat por actividades como la agricultura, ganadería y desarrollo urbano.
- Caza ilegal y comercio ilícito de partes del felino, un problema que persiste en redes informales y requiere atención constante.
- Conflictos con ganaderos y transmisión de enfermedades desde animales domésticos al jaguar.
Expertos calculan que serán necesarios entre 15 y 30 años de crecimiento poblacional constante antes de que la especie pueda salir de la categoría de peligro de extinción en México. Para alcanzar cifras posiblemente sostenibles, como 8 000 individuos, se requerirán esfuerzos constantes de conservación y políticas públicas robustas.

Un símbolo de biodiversidad que aún necesita protección
Su presencia indica equilibrio ambiental y favorece la preservación de otras especies y procesos ecológicos. El reciente aumento poblacional ofrece una razón para celebrar, pero también un llamado a la acción para mantener e intensificar los esfuerzos que aseguren su futuro.






