El ritmo laboral muchas veces nos empuja a comer lo primero que encontramos: café en lugar de desayuno, galletas en el escritorio o comida rápida para “salir del paso”. Pero llevar un lunch práctico y saludable no solo evita estos hábitos: marca la diferencia entre un día lleno de energía y uno saturado de cansancio y antojos.
La fórmula del lunch perfecto: 40/30/30
Todo lunch funcional debe equilibrarse así:
- 40% verduras y fibra
- 30% proteína
- 30% carbohidratos de buena calidad

Esta proporción mantiene estables los niveles de energía y reduce la ansiedad por comer. Mientras más fibra y proteína incluyas, más tiempo te sentirás satisfecho.¿Qué debe contener un lunch ideal?
- Pollo, atún, salmón, huevo, hummus o tofu.
- Arroz integral, quinoa, pasta integral o tortillas de maíz.
- Brócoli, zanahoria, pepino, espinacas o la mezcla que prefieras.
Agregar grasas buenas —aguacate, semillas o aceite de oliva— suma saciedad y mejora la absorción de nutrientes.

Productividad desde el tupper
Un lunch bien planeado está vinculado con:
- Menor fatiga mental
- Mejor concentración después de comer
- Desempeño más estable durante la tarde
Cuando comes balanceado, tu cuerpo no gasta energía en procesar lo que comiste: la usa para trabajar y pensar mejor.
Snacks inteligentes para completar tu día
Elige opciones que realmente mantengan la energía:
- Mix de nueces o semillas
- Yogur griego natural
- Fruta fresca con crema de cacahuate o almendra
Evitar botanas azucaradas evita los famosos “bajones de las 4 p. m.”.

El lunch ideal para oficina no tiene que ser complicado ni perfecto, solo bien equilibrado.
Planearlo es una inversión de minutos que te regresa horas de productividad, menos antojos y un mejor rendimiento durante el día.






