El expresionismo fue mucho más que una corriente artística: fue el reflejo del alma humana, una manifestación cruda de la sensibilidad humana.
Surgido a comienzos del siglo XX, especialmente en Alemania, este movimiento se caracterizó por una visión subjetiva e intensa dela realidad, donde el color, la forma y la emoción se impusieron sobre la representación fiel del mundo exterior. La realidad se distorsionaba para expresar angustia, miedo, deseo u otros estados anímicos intensos.
El expresionismo fue una forma de protesta contra la racionalidad excesiva, la sociedad industrializada y los valores tradicionales. Surgió en un contexto de crisis política y existencial, y por eso sus obras transmiten una sensación de urgencia, desgarro o intensidad emocional.
A continuación, te presentamos 5 maestros del expresionismo que sí o sí debes conocer:
1. Edvard Munch (1863–1944)
Munch es el precursor indiscutible del expresionismo. Su obra “El grito” es uno de los íconos del arte moderno: una figura humana en estado puro de pánico existencial. Sus cuadros exploran la ansiedad, el amor, la muerte y la locura. El artista no pintaba personas: pintaba sus almas.

2. Ernst Ludwig Kirchner (1880–1938)
Kirchner rompió con la tradición académica y propuso un arte salvaje, de líneas angulosas y colores crudos. Sus escenas urbanas muestran la alienación de la vida moderna y la inquietud de una sociedad fragmentada.

3. Wassily Kandinsky (1866–1944)
El artista llevó el expresionismo hacia lo espiritual y lo abstracto. Para él, el arte debía ser como la música: capaz de emocionar sin necesidad de representar. Fue pionero en la pintura no figurativa.

4. Egon Schiele (1890–1918)
Controversial y provocador. Schiele llevó el cuerpo humano al límite: torcido, frágil, a veces grotesco, pero siempre honesto. Su trazo crudo y expresivo revela la angustia y el erotismo con una intensidad casi incómoda.

5. Emil Nolde (1867–1956)
Colorista poderoso y de profunda espiritualidad, Nolde exploró tanto lo religioso como lo primitivo. Sus paisajes y figuras sagradas parecen vibrar desde dentro, cargados de emoción y misterio. Fue censurado por el nazismo, pero su obra sobrevivió al olvido.
