En cada salón de clases hay mucho más que contenido académico: hay historias, desafíos, vínculos y aprendizajes que no siempre se ven.
Por eso, en ZAGAZINE, este Día del Maestro quisimos hacer algo distinto: en lugar de hablar sobre los docentes, quisimos escuchar a los docentes.
Conversamos con profesores de distintos niveles y trayectorias para preguntarles qué han aprendido en el camino, más allá de los programas de estudio y la formación formal.
Las respuestas que recibimos fueron diversas, honestas y, en muchos casos, conmovedoras. Hablan de aprendizajes que no aparecen en manuales, pero que son esenciales para sostener una vocación. Porque enseñar, lo descubrieron muchos, es también una manera de formarse a uno mismo.
Julio Romano Obregón
“Dedicarme a la docencia no es algo que decidí sino algo que se cruzó en mi camino y se convirtió entonces en mi camino. Una maestra, a quien me encontré un día, me propuso participar en un concurso para una materia que estaba disponible, y decidí intentarlo.
“Desde ese momento he tenido que aprender muchas cosas y adaptarme a otras tantas. Ser maestro no se trata sólo de repetir conocimiento, sino también de crearlo y cuestionarlo en conjunto con cada alumno y cada grupo con los que se esté trabajando; se trata de desarrollar habilidades nuevas, tanto en los estudiantes como en uno mismo. Descubrir nueva música pero también diferentes tipos de personalidades, ver nuevas películas pero también escuchar ideas y perspectivas insospechadas, evaluar pero también comprender lo que atraviesa a cada individuo, lo que cada quien quiere del mundo y tiene por ofrecerle.
“Sí, hay planeaciones, objetivos curriculares y planes de estudios, pero que lo más importante es lo que hay en el corazón de quienes decidieron estudiar una carrera específica, y que el papel de uno, como docente, es hacerles ver que puedan hacer eso que soñaron, o bien alentarlos a perseguir su verdadera vocación si por cualquier motivo, como puede pasarle a cualquiera, la primera elección, o incluso la segunda, no fue la acertada.
“Entender para actuar se aprende, primero, escuchando.”
Doctor en Letras por la UNAM, con trece años de experiencia docente. Ha dado clases en la UAEH, el Tec de Monterrey y la Universidad La Salle Pachuca, así como talleres de creación literaria y diplomados en literatura en el Centro de las Artes de Hidalgo.
Enid Adriana Carrillo Moedano
“Llegué a la docencia por accidente, como casi todos. En los salones encontré una vocación que llegó casi de forma natural, un espacio para resistir, intercambiar y compartir. Ser maestra me exigió aprender de la empatía, de las formas de preparar información valiosa e inteligente para mis alumnos. El reto es prepararte y mantenerte actualizada, saber que hay un mundo más allá de las aulas que también debes enseñar y para el que también debes preparar a las personas.”
Doctora en Ciencias Sociales, con más de diez años de experiencia docente. Ha dado clases en la UAEH, Prepa Uno, El Colegio del Estado de Hidalgo y La Salle Pachuca.
Danna Valeria Gutiérrez Meléndez
“Algo que he pensado últimamente es que, sin ellos, no seríamos nada; no existiría esta increíble profesión que es ser docente, ni el gran impacto que tienen en nuestros corazones y mentes, y viceversa. Ignoran que, en segundos, pueden alegrarnos el día.
“He aprendido más de ellos durante toda la carrera que académicamente. Una de las cosas que más valoro en este aprendizaje es no dejar de ser humano, permitirnos sentir, porque, como adolescentes, están sintiendo todo el tiempo y, a veces, en exceso. Es algo que abrazo en ellos cuando encuentran en mí un lugar seguro: no dejar de sentir y apreciar cada momento que vivo en mi día a día.
“Tampoco saben que son viajeros del tiempo. Cuando empiezan a contarme sus experiencias o anécdotas de cuando eran pequeños, mi mente viaja a la infancia. Cuando veo cómo se divierten con sus amigos o bromean, recuerdo todo lo que viví en la secundaria.
“Por eso, y por miles de razones más, les agradezco infinitamente que estén aquí.”
Estudiante de la Licenciatura en Enseñanza y Aprendizaje del Inglés en Secundaria, en la Escuela Normal Superior Pública del Estado de Hidalgo. Cuenta con tres años de experiencia como docente, adquirida a lo largo de su formación universitaria.
Rosalía Guerrero Escudero
“No soy profesora normalista; más bien, me he desempeñado en la docencia a nivel preparatoria, licenciatura y maestría. De tal forma que todo lo que sé sobre didáctica y estrategias de enseñanza-aprendizaje lo he aprendido en el camino. Podría decirse que mis primeros referentes fueron mis propios docentes, principalmente de la preparatoria y la universidad. A través de ellos, quienes admiramos y consideramos buenos maestros, observamos prácticas que queremos reproducir en nuestra aula.
“Los siguientes maestros son los propios estudiantes que vamos teniendo, pues cada grupo es distinto y presenta un interés, un reto y una oportunidad diferente para cambiar el diseño de la clase, mejorar las formas de evaluación, y aprender del manejo de las emociones y de las expectativas que generamos al inicio del semestre.
“He aprendido mucho en este camino, ya que no se trata únicamente de lo académico. También se gestan amistades, o te enfrentas a situaciones en las que sacas un psicólogo de ti para poder apoyar a los alumnos en las dificultades emocionales o personales que atraviesan. Y claro, he aprendido la importancia de mantener una preparación continua para estar al tanto de las nuevas tendencias en las asignaturas que imparto.
“El aula es mi lugar seguro. Una vez que cierro la puerta del salón me desprendo de todo lo que está en el exterior, en mi vida personal, o de otras áreas profesionales. Me conecto con el tema de clase, el plan del día, los intereses de las y los alumnos.”
Doctora en Ciencias Sociales por la UAEH, con veinte años de experiencia docente. Ha dado clases en la UAEH, UTEL Universidad en Línea, el Colegio Libre de Hidalgo y la Preparatoria Dr. Alberto Zoebisch.
Patricia Catalina Medina Pérez
“Una de las experiencias más valiosas que adquirí como profesora, no provino de los libros ni de los planes de estudio, sino de las situaciones imprevistas que surgieron en el aula. A lo largo de este tiempo, he aprendido que enseñar es, en muchos casos, un acto de adaptación y escucha activa, donde los planes establecidos deben ceder paso a las necesidades humanas del grupo.
“Este aprendizaje se volvió más intenso con la llegada de la pandemia de COVID-19, un suceso que cambió radicalmente la dinámica educativa a nivel global. El rápido cambio hacia la educación virtual representó un reto para todos, pero en particular para aquellos alumnos que provenían de comunidades distantes y en circunstancias de vulnerabilidad.
“El desafío no solo fue adaptar las clases, sino también la empatía que requiere aceptar y comprender las realidades de los estudiantes. Estas experiencias me enseñaron que debía ser flexible, no solo en la planificación de los contenidos, sino también en la forma de evaluar y apoyar el proceso de aprendizaje.
“Esta experiencia me enseñó que debo ser también aprendiz. Adaptarme a sus necesidades y ser consciente de las desventajas que enfrentan los estudiantes de contextos rurales. Lo que me permitió no solo obtener mejores resultados, sino también a contribuir con un ambiente educativo más justo y equitativo. Las barreras tecnológicas en el contexto de la COVID-19, me ayudaron a comprender que la verdadera enseñanza trasciende los contenidos académicos y se construye también en los vínculos humanos que logramos crear.”
Doctora en Estudios de Población por el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Tiene más de ocho años de experiencia docente en espacios como el Colegio del Estado de Hidalgo.
Ser maestro es un camino de constante aprendizaje, donde cada experiencia, cada alumno y cada reto aportan nuevas enseñanzas. Las cinco voces que hoy compartimos nos recuerdan que la enseñanza va más allá de los libros y las aulas: es un ejercicio de empatía, de adaptación, de crecimiento personal y, sobre todo, de humanidad.
En este Día del Maestro, celebramos a quienes, con dedicación y corazón, se reinventan cada día para iluminar el camino de otros, conscientes de que, en la enseñanza, todos somos aprendices.