Del escenario científico a la pasarela de la innovación, Olinia acaba de presentarse con emblema propio y toda la actitud de estrella. Se trata de una liebre alebrije que representa inteligencia práctica, adaptabilidad, eficiencia energética y, sobre todo, un salto enorme hacia la movilidad eléctrica hecha en México.
En un evento que podría competir con cualquier estreno cinematográfico, la Presidenta Claudia Sheinbaum reveló que en septiembre conoceremos el diseño de los dos primeros modelos: un vehículo de transporte de pasajeros, pensado para superar al mototaxi en comodidad y seguridad, y un vehículo comercial de reparto para impulsar a los pequeños negocios.
Pero eso no es todo. Estos autos serán eléctricos, cero emisiones, recargables en cualquier enchufe convencional y más baratos de operar que un coche de gasolina o incluso una moto. La misión: movilidad sustentable para todos.
Un dream team de la ciencia mexicana
Olinia no viaja sola en esta ruta. Más de 100 científicos y tecnólogos del IPN, TecNM, UNAM y centros públicos de la Secihti están detrás del proyecto, trabajando en Puebla para que las primeras unidades rueden a mediados del próximo año.
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Paralelamente, el Centro Nacional de Semiconductores Kutsari avanza en el diseño de chips que se usarán en equipos médicos, con sedes en Puebla, Jalisco y Sonora. Una jugada que busca independencia tecnológica para México y que, como dijo la titular de Secihti, “convierte la ciencia en justicia social y la tecnología en soberanía”.
La producción: del boceto al volante
El IPN tendrá a su cargo el diseño interior y exterior, el desarrollo de software para control y monitoreo, la creación de un cargador propio y la gestión de calidad. El TecNM aportará innovación para que la electromovilidad sea accesible y sustentable.
Todo apunta a que Olinia no solo abrirá caminos… también pondrá a México en el mapa de la movilidad eléctrica mundial.