Cierra el año y, como ocurre en cada ciclo creativo, emerge una colección de publicaciones que no solo retratan imágenes, sino que proponen maneras de ver el mundo. Expertos y profesionales de la fotografía compartieron sus fotolibros favoritos de 2025, loq eu revela un panorama diverso donde conviven memorias personales, investigaciones visuales y relatos que desafían el canon tradicional de la disciplina.
Catálogo de pérdidas y resiliencia
Uno de los libros que resonó con fuerza este año fue Catálogo de Ricardo Cases, una obra profundamente personal que transforma la pérdida en memoria visual. Cases documenta cómo una inundación devastó su archivo de fotografías; las páginas empapadas y llenas de barro se convierten en testimonios de resistencia y esperanza, explorando cómo el desastre puede ser también registro afectivo.

Lo cotidiano como eje narrativo
En la misma línea de lo personal y social, Sunday Morning de Txema Salvans destaca por su aproximación tranquila y observadora al día a día. A través de imágenes tomadas durante las mañanas dominicales en un estacionamiento de El Prat de Llobregat, Salvans capta escenas aparentemente banales que, al repetirse, revelan tensiones y matices del espacio urbano contemporáneo.

Exploraciones sensoriales y del entorno natural
El espectro de propuestas visuales de 2025 también incluyó imágenes poéticas y sensoriales. Fruiting Bodies de Ying Ang celebra la vida de los hongos con una estética íntima que revela belleza en lo cotidiano más escondido.

Archivos, ciencia y datos visuales
Algunos títulos jugaron con formatos menos convencionales. En Search Engine, Louis Porter organiza imágenes como si fueran fichas de biblioteca, construyendo un inventario visual e interdisciplinario de temas que van desde ciencia hasta cultura general, lo que convierte al libro en un objeto tanto de consulta como de contemplación.

Formas de vida y el registro de lo íntimo
Del otro lado del espectro, Dimma Brume Mist de JH Engström ofrece un recorrido visual a través de escaneos de hojas de contacto, con polvo, errores y marcas que funcionan como testigos de una vida observada: un ejercicio no solo de fotografía, sino de existencia y presencia.
Y Stephen Shore, con Early Works, trae a la luz sus fotografías juveniles inéditas, mostrando la temprana complejidad de un artista que redefiniría la fotografía documental con una mirada directa sobre la vida urbana de Nueva York.

Memoria social y proyectos curatoriales
Otros proyectos como Punto Ciego de Santi Donaire combinan investigación, memoria histórica y estética para documentar procesos de exhumación de víctimas de represión, aportando una dimensión humana y afectiva a la fotografía documental.

Una cartografía global de miradas
Además de estas propuestas, la lista de 2025 incluyó otros títulos que ampliaron la conversación visual hacia temas de identidad, historia, archivo y narrativas personales. Obras como I Will Keep You in Good Company de Liz Johnson Artur trazan archivos íntimos que conviven con textos y anotaciones, mientras que Bravo de Felipe Romero Beltrán usa la frontera como protagonista silenciosa de vidas moldeadas por divisiones geográficas y simbólicas.







