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¿Qué ver y qué escuchar?
30/10/2025

Libros silentes: una nueva forma de leer sin palabras

A través de imágenes y silencios, estos libros demuestran que las palabras no son la única forma de contar una historia.

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30/10/2025

Libros silentes: una nueva forma de leer sin palabras

A través de imágenes y silencios, estos libros demuestran que las palabras no son la única forma de contar una historia.

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En un mundo lleno de palabras —en chats, redes y pantallas— hay libros que eligen callar. Se llaman libros silentes o silent books, y su magia está justo ahí: en contar historias sin una sola palabra escrita.

Son libros donde todo sucede a través de las ilustraciones. No hay diálogos, no hay narrador; solo imágenes que te invitan a mirar con calma y dejar que tu cabeza invente lo que pasa. Cada lector arma su propia historia, y eso es parte del encanto.

Un idioma que todos entienden

Lo más bonito de los libros silentes es que no tienen barreras de idioma. Da igual si hablas español, japonés o italiano: todos pueden entender (o interpretar) lo que sucede solo viendo las imágenes. Por eso se han convertido en una herramienta increíble para compartir historias entre personas de distintas culturas y edades.

Además, ya no son cosa solo de niños. Cada vez más artistas y editoriales los usan como una forma de narrar desde el arte visual. En bibliotecas, museos y escuelas, se utilizan para estimular la imaginación, la empatía y la lectura de imágenes —esa que a veces olvidamos en medio de tanto texto.

Historias que se sienten, no se leen

Entre los más conocidos está The Arrival de Shaun Tan, una joya sobre la migración y la nostalgia contada con ilustraciones tan detalladas que casi parecen moverse. Otro clásico es La ola de Suzy Lee, que retrata el juego de una niña con el mar en solo dos colores: azul y gris.

Y también hay talento mexicano explorando este formato. Ilustradoras como Valeria Gallo han apostado por narrativas sin palabras que hablan de encuentros, rarezas y emociones desde el trazo y el silencio.

Cómo se leen (aunque no haya nada que leer)

Leer un libro silente no es pasar páginas rápido. Es detenerte. Observar los gestos, los espacios vacíos, los detalles escondidos.
Cada lector encuentra su propia versión de la historia: a veces alegre, a veces triste, a veces completamente distinta a la del autor.

Esa libertad de interpretación es lo que los hace tan especiales. Nos recuerdan que leer no siempre significa descifrar letras, sino entender lo que una imagen te hace sentir.

Más que libros sin texto

Lejos de ser simples libros ilustrados, los silentes son una forma de arte. Un puente entre culturas y edades. Una pausa dentro del ruido.

En tiempos donde todo se dice —y se grita—, ellos nos enseñan que el silencio también cuenta historias.

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