Los Juegos Olímpicos de París 2024 dejaron momentos inolvidables y marcaron una nueva era en la historia del deporte. Uno de los grandes protagonistas fue Simone Biles, quien se consolidó como la mejor gimnasta de todos los tiempos. Tras una pausa por motivos de salud mental luego de los Juegos de Tokio, Biles regresó con fuerza en París, logrando tres medallas de oro y una de plata. Este logro no solo subraya su excelencia en la gimnasia, sino también su resiliencia y capacidad para superar adversidades personales, destacando la importancia de la salud mental en el deporte.
Otro momento destacado fue la participación de la boxeadora argelina Imane Khelif, quien se convirtió en un rostro inesperado de los Juegos debido a la polémica que rodeó su combate y su posterior victoria. Khelif fue objeto de insultos y críticas en línea tras su enfrentamiento con la italiana Angela Carini, pero logró sobreponerse a las adversidades y ganar la medalla de oro en la categoría de peso wélter. Este episodio puso en evidencia los debates y malentendidos en torno a la participación de mujeres en el deporte y la necesidad de una mayor comprensión y respeto hacia las atletas.

Katie Ledecky también hizo historia en París, convirtiéndose en la deportista estadounidense más condecorada de todos los tiempos. Con un total de 14 medallas olímpicas, Ledecky demostró una vez más su dominio en la natación, ganando dos oros, una plata y un bronce en esta edición de los Juegos. A sus 27 años, Ledecky continúa siendo una figura central en la natación y ya se vislumbra su participación en los próximos Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028.
La ceremonia inaugural de los Juegos no estuvo exenta de controversia, especialmente por una escena protagonizada por el artista francés Philippe Katerine, quien encarnó al dios griego Dioniso en una actuación que algunos criticaron como una parodia de "La Última Cena". Esta escena, que incluyó a Katerine cubierto de pintura azul y aparentemente desnudo, desató una ola de críticas por parte de la Iglesia católica y otros grupos cristianos. Aunque los organizadores se disculparon, el momento quedó como uno de los más recordados y debatidos de la ceremonia.

Noah Lyles, el velocista estadounidense, tuvo una semana agitada en París. Tras ganar la medalla de oro en los 100 metros planos, en una emocionante carrera que le devolvió a Estados Unidos el dominio en esta disciplina después de 20 años, Lyles compitió en los 200 metros, donde sorprendió al terminar en tercer lugar, afectado por un reciente diagnóstico de COVID-19. A pesar de todo, Lyles dejó París con una medalla de oro y otra de bronce, consolidándose como una de las estrellas del atletismo mundial.

El río Sena, escenario de algunas competencias acuáticas, también cobró protagonismo en estos Juegos. Aunque las autoridades invirtieron más de 1.400 millones de euros para limpiar el río y hacerlo apto para la natación, los niveles de contaminación generaron preocupación. La calidad del agua fluctuó durante los Juegos, lo que obligó a retrasar algunas pruebas y canceló entrenamientos, generando críticas de atletas y comités nacionales. A pesar de estos desafíos, el Sena se mantuvo como un símbolo de los esfuerzos de París por integrar su historia y sus paisajes en los Juegos Olímpicos.

En la natación, el francés Léon Marchand se convirtió en el héroe local, ganando cuatro medallas de oro, incluidas dos en una misma noche, en las pruebas de 200 metros braza y 200 metros mariposa, ambas con récords olímpicos. Con tan solo 22 años, Marchand se posiciona como una de las grandes promesas de la natación mundial, destacando su extraordinario talento y la emoción de competir frente a su público en París.

El tirador turco Yusuf Dikeç se convirtió en una sensación inesperada, no solo por ganar la primera medalla olímpica de Turquía en tiro, una plata, sino por su actitud relajada y estilo distintivo en la competencia. Su postura, con una mano en el bolsillo y sin el equipo especializado que suelen usar otros tiradores, capturó la imaginación de los espectadores y se volvió viral en las redes sociales. Este fenómeno reflejó cómo, en los Juegos Olímpicos, no solo los grandes nombres y medallistas pueden captar la atención del mundo, sino también aquellos atletas que, con su carisma, dejan una impresión duradera.
En el surf, el brasileño Gabriel Medina protagonizó otro momento icónico al enfrentarse a Kanoa Igarashi, quien lo había derrotado en Tokio. Medina se reivindicó con una ola casi perfecta de 9,90 puntos, la más alta en la historia olímpica, y su celebración, captada en una imagen que rápidamente se volvió viral, se convirtió en una de las más memorables de estos Juegos.

Novak Djokovic, por su parte, completó el ansiado "slam dorado" de su carrera al ganar la medalla de oro en tenis en París, tras derrotar al español Carlos Alcaraz en una final de altísima calidad. A sus 37 años, Djokovic se convirtió en el quinto tenista en la historia en lograr este hito, sumando así uno de los títulos más importantes de su carrera y mostrando una vez más por qué es considerado uno de los mejores tenistas de todos los tiempos.
El equipo de Estados Unidos en atletismo también dominó en París, alcanzando nuevas cotas de éxito con 34 medallas, incluyendo 14 oros. Entre los momentos más destacados estuvieron las victorias de Sydney McLaughlin-Levrone en los 400 metros vallas y de Tara Davis-Woodhall en salto de longitud, así como el tercer oro olímpico consecutivo de Ryan Crouser en lanzamiento de bala. Este dominio reafirma el liderazgo de Estados Unidos en el atletismo mundial y su capacidad para seguir produciendo talentos de primer nivel.

Finalmente, el sueco Mondo Duplantis volvió a hacer historia en el salto con pértiga, defendiendo su título olímpico y batiendo su propio récord mundial por novena vez, con una altura de 6,25 metros. Duplantis, quien ha dominado esta disciplina en los últimos años, sigue elevando el estándar en el salto con pértiga, consolidándose como uno de los atletas más destacados de esta generación.
Estos momentos, y muchos otros, hicieron de los Juegos Olímpicos de París 2024 un evento lleno de emoción, sorpresas y logros históricos que quedarán grabados en la memoria de los aficionados al deporte en todo el mundo.