Dicen que los pueblos se conocen en los momentos más difíciles, y hoy Hidalgo vuelve a demostrar de qué está hecho: de fuerza, de unión y de esperanza. El paso del huracán Priscila ha dejado una profunda huella en nuestra tierra. Más de la mitad del estado se encuentra en zona de emergencia; 28 municipios afectados, 21 de ellos prioritarios. Las lluvias intensas, los ríos desbordados y las carreteras colapsadas han golpeado con dureza a comunidades de la Sierra Gorda, la Huasteca y la región Otomí-Tepehua.
Pero, incluso entre la tragedia, ha renacido lo mejor de nosotros. Porque si algo distingue a las y los hidalguenses, es la capacidad de levantarnos una y otra vez, de tender la mano al vecino, de compartir el pan, el techo y la esperanza.
Hemos visto a familias que, pese a perderlo todo, ofrecen ayuda a quienes perdieron aún más. A jóvenes voluntarios organizando centros de acopio; a cuerpos de emergencia trabajando día y noche; a mujeres y hombres que, sin pensarlo, se suman a las labores de rescate. Y también, a los tres órdenes de gobierno actuando con responsabilidad para atender a las comunidades más afectadas.
Hoy, más que nunca, necesitamos mantenernos unidos. No hay reto que no podamos superar si actuamos con solidaridad y empatía. En Hidalgo sabemos que las grandes obras no se construyen con cemento, sino con voluntad; que el progreso no se mide solo en carreteras o edificios, sino en la capacidad de cuidar unos de otros.

Vendrán días difíciles, sin duda. La reconstrucción tomará tiempo. Pero también vendrán días de esperanza, de reencuentro y de aprendizaje. Cada gota de lluvia que cayó será semilla de un nuevo comienzo, porque de las pruebas más duras nacen las generaciones más fuertes.
Nuestro estado ha enfrentado sequías, sismos y tempestades, y siempre ha salido adelante. Esta vez no será la excepción. Con el apoyo del gobierno federal y estatal, con la fuerza de la sociedad civil y con el corazón de cada hidalguense, volveremos a levantar nuestras comunidades.
Porque cuando Hidalgo se une, no hay huracán que lo doble.
Porque somos tierra de gente noble, solidaria y trabajadora.
Porque juntos, una vez más, saldremos adelante.