En México, el cáncer de mama ha escalado hasta convertirse en la primera causa de muerte por cáncer entre mujeres mayores de 30 años, según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). En 2023 se registraron 8,034 decesos en personas mayores de 20 años, de los cuales casi la totalidad correspondieron a mujeres.
A pesar de los esfuerzos por impulsar la detección temprana, la enfermedad continúa como un grave desafío de salud pública. La organización Pro Mujer advierte que, aunque no todos los cánceres se pueden prevenir, sí es posible detectarlos a tiempo mediante prácticas como la autoexploración de las mamas, acudir a clínicas aún sin síntomas, y realizar ultrasonidos o mastografías según indicaciones médicas. De esta forma, los tratamientos pueden ser menos invasivos, más accesibles y con menor impacto en la vida cotidiana de las pacientes.

Un cambio relevante es que, en la última década, la edad promedio de las afectadas ha bajado considerablemente. Lo que antes predominaba entre mujeres de más de 57 años ahora se presenta en personas desde los 20 años, muchas sin antecedentes familiares. Entre las causas que se investigan están el uso indiscriminado de hormonas, productos con fitoestrógenos o prácticas estéticas que pueden actuar como imitadores hormonales, estimulando la proliferación de tumores.
El cáncer de mama impone también una carga económica significativa. Pro Mujer estima que los costos en servicios médicos ascienden a aproximadamente 4.2 millones de pesos, mientras que las pérdidas por productividad laboral y oportunidades truncadas podrían sumar cerca de 9,000 millones de pesos.
En cuanto a la política de prevención, en México la mastografía suele comenzarse a partir de los 40 años, salvo que haya antecedentes familiares, en cuyo caso se recomienda iniciar antes. Para acercar información útil al público, Pro Mujer opera plataformas digitales —lo que incluye chats virtuales y mensajería instantánea— que difunden datos de salud confiables sobre cáncer de mama, salud reproductiva, menopausia y otros temas en lenguaje claro.
Este panorama resalta la urgencia de fortalecer medidas educativas, ampliar el acceso a estudios preventivos y fomentar una cultura de autocuidado para que más mujeres tengan la posibilidad de detectar la enfermedad a tiempo, cuando las posibilidades de tratamiento son más alentadoras y menos agresivas.