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14/11/2025

El hombre que convirtió la medicina en un acto de amor

La trayectoria del Dr. José Manuel Juárez Soto combina profesionalismo, calidez y bienestar para Hidalgo.

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El hombre que convirtió la medicina en un acto de amor

La trayectoria del Dr. José Manuel Juárez Soto combina profesionalismo, calidez y bienestar para Hidalgo.

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Hay personas cuyo trabajo se vuelve parte silenciosa de la vida de un estado entero. Personas que no solo curan, sino que sostienen, acompañan y siembran esperanza donde antes había incertidumbre. El Dr. José Manuel Juárez Soto es una de ellas. Su recorrido profesional y humano ha dejado huellas profundas en Hidalgo gracias a su constancia, su mirada generosa, su preocupación genuina y un compromiso que se volvió cotidiano.

Desde muy joven, el doctor aprendió que el servicio es una forma de amor. Nacido en Pachuca el 29 de marzo de 1959, creció en un hogar donde el esfuerzo y la responsabilidad hacia los demás eran parte de la conversación diaria. Su padre, Horacio Juárez González, dedicado a la ingeniería y a la educación, y su madre, Lilia Soto Tovar, ejemplo de fortaleza, ayudaron a forjar en él una visión clara: el conocimiento debía ponerse al servicio de la comunidad.

Dr. José Manuel Juárez Soto.

A lo largo de su formación, primero en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y más tarde durante su especialidad en Pediatría, descubrió que su vocación no era solo atender enfermedades, sino cuidar vidas. Ese sentido profundo de propósito lo acompañó siempre, desde sus primeros días en un consultorio que él mismo adaptó con sus manos, hasta la creación de instituciones médicas que hoy representan un antes y un después en los servicios de salud del estado.

Su camino profesional nunca estuvo separado de su vida personal. Junto a su esposa, la Dra. Hortencia Guadalupe Berganza Escorza, con quien se unió en matrimonio el 14 de febrero de 1985, formó una familia sólida, cálida y profundamente unida. Con ella compartió proyectos, retos y decisiones que con el tiempo se convirtieron en cimientos para la transformación médica de Hidalgo.

Dr. José Manuel Juárez Soto y su familia.

Un trabajo que cambió la historia médica del estado

La trayectoria del Dr. Juárez se ha distinguido por abrir puertas donde antes no existían. Su impulso permitió la creación del primer cunero neonatal en Hidalgo, un paso fundamental que elevó el cuidado de los recién nacidos en el estado. Durante su gestión como director del Hospital del Niño DIF, entre 1993 y 1999, fortaleció programas de vacunación, nutrición, atención temprana y seguimiento pediátrico que benefició a miles de familias hidalguenses, con una cobertura más amplia y una atención infantil fortalecida y profesional.

Momento del Dr. Juárez Soto con parte del personal médico.

Su visión también fue crucial para modernizar los servicios de salud: impulsó la integración de áreas de imagenología avanzada, fortaleció los servicios de urgencias pediátricas, promovió la capacitación continua del personal y consolidó redes de atención que, hasta ese momento, no existían en la entidad.

Pero quizá uno de sus aportes más trascendentes nació de su sensibilidad ante una necesidad urgente: los pacientes con insuficiencia renal crónica debían viajar fuera del estado para recibir tratamiento. De esa preocupación surgió Médica Ideas, una iniciativa que comenzó como una sala con 20 máquinas de hemodiálisis y que, con el tiempo, evolucionó hasta convertirse en Hospital Intermédica. Hoy, este complejo hospitalario ofrece especialidades de alta demanda, áreas quirúrgicas de primer nivel, unidades de trasplante, programas educativos y una escuela de medicina incorporada a la UNAM.

Cada área, cada programa y cada servicio que impulsó tiene el mismo origen: la convicción de que la salud se debe brindar con excelencia, dignidad y calidez.

Dr. Juárez Soto acompañado de colegas.

Un legado que tocó corazones

Ángel Hernández

Conocí al Dr. Juárez cuando mis sobrinas gemelas nacieron prematuras de seis meses. Fue un parto complicado; su vida dependía de un hilo y, para mi hermana, la preocupación médica se sumaba a un momento económico muy difícil. Aun así, ella insistía en llevarlas con él, porque sabía que nadie podía cuidarlas mejor.

El Dr. Juárez no solo las atendió con una dedicación impecable: se tocó el corazón. Entendió la situación, y de alguna forma se ajustó a las posibilidades económicas de la familia. No importaban las horas, las emergencias o las dudas, siempre estuvo disponible, siempre tuvo una palabra que calmaba, siempre mostró interés real por su bienestar. Nos dio su número personal para cualquier urgencia. Nos abrió la puerta no solo como médico, sino como ser humano.

Con los años, cuando nacieron mis otros sobrinos, continuó brindando ese apoyo. Nunca hizo sentir a mi hermana menos; al contrario, la acompañó con respeto, empatía y calidez. Y si eso hizo con mi familia, no puedo imaginar cuántas madres y cuántos niños recibieron ese mismo gesto silencioso y generoso.

Por eso, hoy, desde el corazón, escribo esto:

Gracias, doctor. Gracias por su vocación, por su paciencia, por su humanidad.
Gracias por lo que hizo por mis sobrinos, por mi familia y por tantas otras.
En nombre de ellos y en el mío, nuestra gratitud será eterna.

Dr. José Manuel Juárez Soto.

El impacto de un hombre que sigue inspirando

El trabajo del Dr. José Manuel Juárez Soto no se detiene en una fecha ni en una institución. Su influencia vive en cada profesional de la salud que formó, en cada familia que recibió orientación y consuelo, y en cada espacio médico que construyó para que Hidalgo tuviera acceso a servicios dignos, completos y de calidad.

Gracias a su visión, el estado cuenta hoy con tratamientos renales avanzados, laboratorios especializados, áreas de urgencias, programas educativos y una escuela de medicina incorporada a la UNAM, todo sostenido por una filosofía clara: el paciente debe estar siempre al centro.

Hoy, mientras atraviesa una etapa crítica de salud derivada de un colangiocarcinoma intrahepático avanzado y de los daños renales provocados por las primeras quimioterapias, el doctor enfrenta un momento crítico. A pesar de su amplia experiencia en la atención de pacientes renales, hemodiálisis y programas de trasplante, el deterioro en sus conductos renales impidió que él pudiera ser candidato a estas alternativas.

Es una etapa especialmente difícil, afrontada con el apoyo de su familia y de quienes lo han acompañado en su camino, en un momento que recuerda la vulnerabilidad que todos compartimos.

Él mismo lo resume con una frase que ha guiado toda su trayectoria:

“Todos merecemos la mejor atención médica. No debemos olvidar que todos somos pacientes en algún momento de nuestras vidas.”

El doctor lo ha demostrado cada día. Su trabajo, su entrega y su humanidad iluminan el camino de quienes creen en una medicina más cercana, más justa y más compasiva.

Gracias, doctor, por cada gesto, cada decisión y cada esperanza que sembró. Su huella permanecerá en cada familia, en cada médico que formó y en cada espacio de salud que ayudó a construir.

El Dr. Juárez Soto con colegas que lo acompañaron en su labor diaria.
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