El ponche de frutas es uno de los sabores más representativos de la Navidad mexicana: dulce, cálido y lleno de tradición. Pero, aunque parece inofensivo, su mezcla de frutas, azúcar y calorías puede convertirse en un exceso sin que lo notes. Aquí te contamos cuánto ponche conviene tomar y quiénes deben limitarlo o evitarlo por completo, para disfrutar sin culpas (ni riesgos).
¿Cuánto ponche es saludable?
Un consumo equilibrado mantiene la magia del ponche sin afectar tu salud. Los nutriólogos suelen señalar que una porción razonable es 1 taza de 240–300 ml, ya que:
- Aporta azúcares naturales de las frutas.
- Incluye azúcar añadida en la mayoría de las recetas.
- Suma entre 90 y 180 calorías por taza, dependiendo de la preparación.
Lo ideal es tomar una o máximo dos tazas al día durante las fiestas. Si quieres reducir calorías, elige una receta con menos piloncillo, sin azúcar añadida y con más fruta natural.
Tip: el ponche sí puede ser nutritivo
Gracias a ingredientes como la guayaba, la manzana, la tejocote, la jamaica y el tamarindo, aporta vitamina C, fibra y antioxidantes. Sin embargo, el exceso de azúcar elimina sus beneficios.
¿Quiénes deben evitarlo o moderarlo?
Hay grupos que deben tomar precauciones reales:
Personas con diabetes
El ponche provoca picos de glucosa por su azúcar y sus frutas cocidas.
Lo recomendable es beber media taza, sin azúcar añadida y con supervisión del médico.
Personas con hipertensión
Las versiones con alcohol (ron o brandy) pueden elevar la presión.
La opción es tomarlo sin alcohol y en cantidades moderadas.
Personas con problemas gastrointestinales
El tamarindo y la jamaica pueden causar acidez o malestar.
Se sugiere evitarlo si hay gastritis activa.
Niños pequeños
Suelen consumirlo como si fuera jugo, por lo que es fácil excederse.
Lo ideal es ofrecer media taza, sin alcohol y con poca azúcar.
El ponche es tradición, sabor y familia, pero también contiene azúcar, calorías y frutas cocidas que elevan su carga glucémica. Mantenerse en una taza al día permite disfrutarlo sin afectar la salud y sin renunciar al espíritu navideño.
