Brigitte Bardot, la actriz y símbolo global de la liberación femenina y el cine francés, falleció a los 91 años en Saint-Tropez, confirmó la Brigitte Bardot Foundation. Su partida cierra un capítulo de la cultura popular del siglo XX y XXI, marcado tanto por su impacto artístico como por las polémicas que rodearon su vida.

Desde su irrupción en la pantalla con una imagen de sensualidad desinhibida, Bardot transformó los cánones de belleza y estilo. Su rostro, su actitud y su presencia convirtieron su figura en emblema del sex appeal internacional, un estatus que trascendió fronteras durante los años 50 y 60, tanto en cine como en moda y cultura popular.

De París a la fama mundial

Nacida el 28 de septiembre de 1934 en París, Bardot creció en una familia burguesa y recibió una educación estricta. Comenzó su carrera como modelo y bailarina antes de conquistar el cine. Su papel protagonista en Et Dieu… créa la femme (Y Dios creó a la mujer, 1956), dirigido por Roger Vadim, su esposo en ese entonces, la catapultó a la fama global.

Su carrera cinematográfica incluyó cerca de 50 películas, aclamadas tanto por su estilo como por el carácter provocador de sus personajes. Trabajó con directores de la Nouvelle Vague como Jean-Luc Godard en Le Mépris (El desprecio, 1963), y protagonizó éxitos internacionales como Viva Maria! (1965), que le valió una nominación al BAFTA como Mejor Actriz Extranjera.

Icono de libertad y moda

Bardot no solo cambió el cine; su estilo personal —la melena rubia, el delineado dramático, las prendas icónicas— dejó una huella profunda en la moda mundial. Fue musa de fotógrafos, diseñadores y artistas, e inspiró a generaciones enteras a redefinir los límites de la estética femenina en pantalla y fuera de ella.

A pesar de su asociación con la idea de liberación sexual de su época, Bardot nunca se identificó como feminista en términos políticos o académicos, lo que añade una capa compleja a cómo se analiza su legado cultural.

Retiro, activismo y controversias

En 1973, Bardot decidió abandonar la actuación en la cúspide de su carrera y dedicar su vida a la defensa de los derechos de los animales. Fundó la Brigitte Bardot Foundation en 1986, organización que luchó contra la caza de focas, la ganadería industrial y el maltrato animal, logrando resonancia internacional.

Sin embargo, su vida pública posterior se vio marcada por polémicas profundas. Bardot adoptó posturas políticas contundentes y divisivas, expresando opiniones críticas sobre la inmigración, el islam y el feminismo, por las cuales fue multada en múltiples ocasiones por incitar al odio racial bajo la legislación francesa.

Estas posturas generaron debates intensos sobre su legado: admirada por muchos por su aporte artístico y su activismo animal, criticada por otros por sus declaraciones discriminatorias y alineamientos políticos con figuras de la extrema derecha.

Un legado complejo

La muerte de Bardot ha provocado homenajes y también reflexiones críticas sobre una trayectoria que osciló entre la celebración cultural y la controversia social. El presidente francés, Emmanuel Macron, la calificó como “una leyenda del siglo” que representó un estilo de vida y una época, mientras que sectores del arte y la sociedad subrayan la importancia de contextualizar su impacto sin ignorar sus fallas.

Bardot será recordada no solo por su belleza y su magnetismo en pantalla, sino también por la complejidad de una vida que desafió normas culturales, rompió moldes estéticos y dejó una marca indeleble en la historia del entretenimiento y el activismo.

‍