La cantante Sabrina Carpenter desató una ola de reacciones tras denunciar el uso no autorizado de una de sus canciones en un video publicado por la Casa Blanca y vinculado a operativos del ICE. El material, difundido en redes oficiales, generó controversia inmediata por mezclar imágenes de detenciones de migrantes con un fragmento de Juno, uno de los temas más icónicos y provocativos de la artista.
El video, de apenas 20 segundos, muestra protestas contra las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas y escenas de agentes arrestando a personas migrantes. La edición incluye el repetitivo verso “Wanna try out some freaky positions? Have you ever tried this one?”, una línea asociada a los momentos virales de los conciertos de Carpenter, donde la intérprete suele sorprender al público con movimientos que mezclan humor y picardía.
El contraste entre la letra y las imágenes resulta evidente. La frase “Have you ever tried this one?” se superpone a escenas de persecución, esposas y personas sometidas en el suelo. La publicación se acompaña del mensaje “Bye-bye” y emojis que los usuarios calificaron como de mal gusto. Al cierre del clip se escucha “I know you want my touch for life”, mientras un agente del ICE corre tras un migrante a cámara lenta.
La reacción de Carpenter llegó la mañana del martes. En un mensaje directo al presidente y su equipo, la cantante declaró: “Este video es malvado y repugnante. Jamás me involucren, ni a mí ni a mi música, en beneficio de su inhumana agenda”. Su postura obtuvo miles de interacciones y el respaldo de colegas y seguidores.
Con solo 26 años, Carpenter consolidó su lugar como una de las figuras más influyentes del pop. Su ascenso incluye una gira mundial con entradas agotadas, seis nominaciones a los Grammy 2026 y una presencia constante en plataformas digitales gracias a su estilo provocador, sus momentos improvisados en el escenario y sus interacciones con fans y celebridades como Drew Barrymore, Nicole Kidman o Anne Hathaway.
Carpenter no se convierte en la primera artista en oponerse al uso político de su música por parte de la administración de Donald Trump. Hace pocas semanas, Olivia Rodrigo exigió que dejaran de utilizar “All-American Bitch” en contenido gubernamental relacionado con migración y aplicaciones de autodeportación. Su declaración fue tajante: “No vuelvan a usar mis canciones para promover su propaganda racista y llena de odio”.
La lista de artistas que han manifestado su rechazo incluye nombres de alto perfil: Rihanna, Pharrell Williams, Adele, Queen, Axl Rose, Neil Young y The Rolling Stones. Todos han solicitado que su música no se vincule con campañas políticas o contenidos gubernamentales que contradicen sus valores.
La controversia más reciente confirma un patrón: el uso de canciones populares sin autorización en producciones oficiales se convirtió en un punto recurrente de conflicto. La respuesta de Carpenter refuerza la postura de la industria musical ante la apropiación política de obras artísticas y subraya la disputa entre cultura pop y poder político en Estados Unidos.






