El Grupo Prada confirmó la compra de Versace por una cifra cercana a los 1.4 mil millones de dólares, después de obtener todas las autorizaciones regulatorias internacionales. La operación redefine el mapa del lujo global al reunir tres identidades icónicas bajo un mismo conglomerado: Versace, Prada y Miu Miu.
Un giro estratégico para una casa que exige protagonismo
Durante su paso por Capri Holdings, Versace mantuvo presencia, pero registró un crecimiento moderado que contrastó con el dinamismo de otras marcas del segmento lujo. El ingreso a Prada representa un renacimiento estratégico que busca fortalecer su expansión internacional, renovar estructuras internas y recuperar la fuerza comercial que caracterizó a la marca en los años posteriores a Gianni Versace.
Capri Holdings utilizará los recursos obtenidos para reducir deuda corporativa y estabilizar su portafolio, una decisión que ya aparece en sus proyecciones financieras más recientes.
Un anuncio que coincide con una fecha simbólica
Donatella Versace celebró la noticia con un mensaje que evocó el legado de Gianni en el día de su cumpleaños, una coincidencia que otorgó un peso emocional adicional al anuncio. Su publicación subrayó la relevancia histórica de esta transición para la marca que lleva el apellido familiar y que ha marcado generaciones dentro de la moda italiana.
El liderazgo de Lorenzo Bertelli define el futuro de Versace
La nueva etapa quedará bajo la dirección de Lorenzo Bertelli, quien funge como presidente ejecutivo de la marca, además de desempeñar funciones clave dentro de Prada en temas de mercadotecnia, experiencia digital y sostenibilidad. Su visión ha impulsado el crecimiento del grupo en los últimos años, especialmente en estrategias para consumidores jóvenes y en la implementación de prácticas con impacto ambiental reducido.
Bertelli anticipa una fase donde Versace recuperará centralidad, modernizará sus códigos visuales y ampliará su presencia en mercados estratégicos, incluido el lujo estadounidense y asiático.
Un movimiento que cambia el panorama del lujo
La compra de Versace por parte del Grupo Prada marca un punto de quiebre para la industria. La unión de estas casas italianas refuerza una narrativa compartida: mantener la artesanía italiana como eje, impulsar un diseño contemporáneo con identidad clara y competir desde un enfoque que equilibra tradición, innovación y sostenibilidad.
Con este movimiento, Prada no solo suma una de las etiquetas más poderosas del mundo, sino que reafirma su intención de construir un conglomerado global hecho bajo una visión italiana, algo inédito en la escala actual del mercado del lujo.
