Elegante, efervescente y símbolo de celebración. El champagne no es solo una bebida, es una declaración de sofisticación, historia y tradición que ha marcado momentos inolvidables en todo el mundo. Pero, ¿qué hace tan especial (y costoso) a este elixir dorado?
¿Cómo se hace el champagne?
Aunque muchos vinos espumosos existen en el mundo, el verdadero champagne solo puede producirse en la región de Champagne, al noreste de Francia. Su proceso es artesanal, complejo y, en muchos casos, una obra maestra de paciencia.
- Método champenoise: Este método tradicional implica una doble fermentación. Primero, como cualquier vino, el jugo fermenta en barricas. Luego, se embotella con levadura y azúcar para una segunda fermentación que produce las icónicas burbujas.
- Reposo y giro manual: Las botellas se almacenan en cavas subterráneas por mínimo 15 meses. Cada una se gira poco a poco (un proceso llamado remuage) para que los sedimentos se acumulen en el cuello.
- Degüelle y encorchado: Finalmente, se congelan los cuellos de las botellas para expulsar los sedimentos (degüelle) y se sella con el clásico corcho de hongo.
¿Por qué es tan caro?
El champagne es caro porque:
- Solo se puede hacer en una zona específica del mundo.
- Utiliza uvas de alta calidad (Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier).
- El método tradicional es laborioso y artesanal.
- Muchos champagnes de prestigio envejecen por años antes de salir al mercado.
- Grandes casas como Dom Pérignon, Veuve Clicquot o Krug cuidan cada detalle como si de arte se tratara.
¿Por qué brindamos con champagne?
La tradición de brindar tiene raíces antiguas, desde rituales de confianza en Grecia hasta celebraciones medievales. Sin embargo, el uso del champagne como bebida oficial del brindis surgió en la corte francesa del siglo XVII, cuando la nobleza adoptó esta bebida como símbolo de estatus y alegría.
Su burbujeo, su color dorado y su prestigio social lo convirtieron en la bebida oficial de celebraciones, bodas, festividades de Año Nuevo y victorias deportivas. Incluso en el mundo del espectáculo, abrir una botella de champagne es sinónimo de éxito.
Bonus curioso
- Dom Pérignon, un monje benedictino, es a menudo (y erróneamente) acreditado como el inventor del champagne. Aunque no fue así, sí perfeccionó su elaboración.
- La botella de champagne puede soportar hasta 6 atmósferas de presión, ¡tres veces más que una llanta de auto!
