ABC anunció que levantará la suspensión de Jimmy Kimmel Live! y que el programa volverá este martes 23 de septiembre de 2025. La decisión pone punto final, al menos por ahora, a una tensa crisis entre la cadena, simpatizantes conservadores, afiliadas locales y espectadores.
¿Por qué lo suspendieron?
Todo empezó después del monólogo de Kimmel sobre el asesinato de Charlie Kirk, activista ultraconservador, el 10 de septiembre. En él, Kimmel criticó la forma en que algunos seguidores de MAGA (el movimiento político asociado con Donald Trump) intentaban aprovechar políticamente la tragedia.
ABC retiró el programa indefinidamente tras presión de dos frentes principales:
- Estaciones afiliadas como Nexstar y Sinclair, que se quejaron de que los comentarios fueron “ofensivos e insensibles”.
- Reguladores federales, en particular el presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), Brendan Carr, quien sugirió que los comentarios podrían poner en riesgo licencias de transmisión si se considera que violan normas de interés público.
ABC declaró que la suspensión fue una respuesta a un momento emocional del país y que algunos de los comentarios de Kimmel fueron “inoportunos” o “insensibles”.

¿Por qué lo levantaron?
Después de varios días de controversia, críticas públicas (incluyendo de figuras de Hollywood), pérdidas en reputación —y según algunos medios, pérdidas económicas— ABC y Disney conversaron con Kimmel, evaluaron la situación, y decidieron que el show regresaría.
Algunas afiliadas locales, sin embargo, anunciaron que no emitirán el episodio de regreso. Nexstar y Sinclair dijeron que continuarán con la suspensión del programa en muchas de sus estaciones.
¿Silencio al periodismo? ¿Se parece al gobierno de México?
Aquí es donde se pone interesante:
Muchos críticos dicen que lo que pasó con Kimmel huele a censura: se quitó del aire una voz crítica después de que hiciera comentarios incómodos para ciertos grupos de poder político. Cuando los medios —o los comediantes que hacen crítica— enfrentan consecuencias por expresar opiniones, se abre la puerta a lo que algunos llaman autocensura.
En México, es preocupante ver casos donde periodistas o medios son presionados o silenciados por quienes gobiernan. La comparación no es exacta, porque el contexto político, legal y mediático es distinto, pero sí hay vasos comunicantes: el riesgo de que quienes tienen el poder intenten controlar lo que se dice, lo que se puede criticar, lo que se ve.
Una pregunta que nos queda: ¿Podremos tolerar que en nombre de la “sensibilidad” o de minimizar conflictos se silencie voces incómodas? ¿Cuándo deja de ser una medida temporal y se convierte en línea roja para la libertad de expresión?