Real Madrid venció 3-1 al Pachuca en su segundo partido de la fase de grupos del Mundial de Clubes 2025, confirmando no solo la jerarquía del cuadro europeo, sino también el desastre institucional del equipo mexicano. La derrota no sorprende. Lo que duele es que fue completamente evitable.
A pesar de que el equipo español jugó con un hombre menos desde los primeros minutos —tras la expulsión de Raúl Asencio por una falta sobre Salomón Rondón—, los Tuzos no supieron capitalizar esa ventaja. Su esfuerzo fue insuficiente frente a la maquinaria blanca liderada por Jude Bellingham, Arda Güller y Federico Valverde, quienes firmaron los tres goles que hundieron al equipo hidalguense.

Decisiones que pesan más que los rivales
A solo días del inicio del torneo, la directiva del Club Pachuca tomó una de las decisiones más cuestionables del fútbol mexicano en los últimos años: destituir a Guillermo Almada, un técnico con proyecto, experiencia y resultados, para colocar en su lugar a un entrenador sin experiencia internacional ni en primera división.
¿El motivo? Fuentes internas señalan presiones por parte de algunos jugadores veteranos como Salomón Rondón, Oussama Idrissi y Gustavo Cabral, quienes habrían exigido la salida del uruguayo. En lugar de poner orden, la directiva cedió ante los berrinches, condenando al equipo a un torneo improvisado y sin liderazgo.
Un vestidor que frena el futuro
Este Pachuca necesitaba renovar desde hace tiempo. No se trata solo de un mal resultado, sino de una generación de jugadores que ya no rinde al nivel que se espera. En lugar de dar paso a nuevos talentos, el club apostó por figuras que, si bien tienen nombre, ya no tienen piernas ni cabeza para competir contra potencias como el Real Madrid.
El gol del honor llegó gracias a Elías Montiel, una de las pocas luces de esperanza que tiene este equipo, pero eso no maquilla la dura realidad: este grupo necesita una limpieza urgente, empezando por quienes manejan el vestidor más por historia que por rendimiento.
El Mundial no se improvisa
El Mundial de Clubes no es un torneo para experimentar ni para resolver crisis internas. Se trata de una vitrina mundial. Y Pachuca la desaprovechó por completo.
No solo fue superado en lo táctico. Fue superado en proyecto, en estructura y en mentalidad.
Pachuca necesita una revolución interna. No se puede hablar de grandeza si se priorizan egos sobre procesos.
Almada no debió irse. Tal vez quienes debieron dejar el club son los que ahora caminan la cancha, pero dictan decisiones.
Si el club quiere volver a competir, necesita refuerzos reales, una limpia de veteranos y volver a apostar por la filosofía de formación y profesionalismo que alguna vez lo hizo ejemplo en México.