Estados Unidos lo vuelve a hacer. En una nueva jugada diplomática, el gobierno de Donald Trump anunció su retiro oficial de la UNESCO, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. ¿La razón? Asegura que la organización mantiene un discurso anti-Israel y promueve causas que “dividen más de lo que unen”.

Esta decisión ha generado revuelo internacional. Trump, quien ha manifestado en múltiples ocasiones su desaprobación hacia organismos internacionales, sostiene que la admisión del “Estado de Palestina” como miembro ha sido “altamente problemática” y contraria a los valores estadounidenses.

“La UNESCO promueve intereses contrarios a los de Estados Unidos y a los de Israel”, declaró la vocera de la Casa Blanca, Anna Kelly.

Según el gobierno estadounidense, la organización también impulsa causas sociales y culturales divisivas, y ha perdido el rumbo con un enfoque “desproporcionado” respecto a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Estados Unidos era uno de los principales aportadores

Desde su regreso al poder, Trump pidió una revisión de la pertinencia de seguir siendo parte de la UNESCO, especialmente porque EE.UU. es uno de los países que más aporta recursos a la organización. Tras un análisis de 90 días, se concluyó que la membresía no favorece los intereses nacionales y que dentro del organismo existe una narrativa “abiertamente antisemita”.

Esta no es la primera vez que Trump rompe con organismos globales. Ya lo hizo durante su primera presidencia con el Acuerdo de París y la OMS, dejando claro que su política exterior gira en torno a “America First”.