Cada 12 de diciembre México se llena de fervor: millones de fieles celebran la aparición de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego en el cerro del Tepeyac en 1531, un acontecimiento que marcó la historia religiosa del país. Este día no sólo se vive con oraciones y peregrinaciones — se vive también con tradición y sabor.
Aquí tienes los platillos imprescindibles que no pueden faltar en esta festividad, los sabores que hacen de este día algo especial:
Platillos esenciales del Día de la Virgen
- Gorditas de nata — Un antojito clásico en las inmediaciones de la Basílica y en hogares que celebran con devoción. Su textura suave y sabor tradicional las convierte en una delicia perfecta para compartir.
- Tamales — Ya sea de salsa verde, de mole o de otro estilo, los tamales son un must en las mesas y en las calles, ideales para calentar el alma en medio de las celebraciones.
- Chilaquiles — Perfectos para el desayuno o la comida después de misa, solos o en torta, los chilaquiles ofrecen un sabor casero, reconfortante y muy mexicano.
Además, en algunas regiones y tradiciones familiares se suele ofrecer un guiso especial llamado reliquia: un asado de cerdo acompañado de siete sopas de pasta, como acto de fe o comunidad en celebraciones marcadas.
Tradición, fe y comunidad en cada bocado
Más allá del sabor, estos platillos refuerzan la unión: familias y vecinos se reúnen, comparten comidas, historias y devoción. La celebración combina lo religioso con lo cultural. La fecha marca el inicio del llamado “puente Guadalupe-Reyes”, un periodo cargado de festividades, recuerdos y costumbres que fortalecen la identidad mexicana.






