Un descubrimiento inesperado ha sacudido los estudios de arte: el can que figura en La ronda de noche, obra maestra de Rembrandt, guarda una coincidencia casi exacta con el retrato de un perro que apareció en un dibujo de 1619 realizado por el artista neerlandés Adriaen van de Venne.
La revelación fue dada a conocer por Anne Lenders, curadora del Rijksmuseum de Ámsterdam, durante una etapa de restauración de la pintura monumental. Lenders señaló que la semejanza va más allá de la forma: la pose, la cabeza girada, la expresión, incluso detalles como el collar coinciden con precisión.
Un hallazgo por azar
La historia detrás del descubrimiento es casi tan curiosa como la revelación misma. Durante una visita a una exposición en el Museo Zeeuws (Países Bajos), Lenders observó un pequeño cuadro de Van de Venne en un libro antiguo que presentaba un perro muy similar al que aparece en la famosa obra de Rembrandt. Intrigada, dio inicio a una investigación comparativa con La ronda de noche.
El análisis técnico incluyó comparaciones de estilo, ángulos del cuerpo, proporciones, pelaje y accesorios. Los resultados fueron contundentes: la semejanza es demasiado fuerte para descartarse como coincidencia casual.
Contexto histórico y artístico
La ronda de noche (1639–1642) es una de las obras más reconocibles del Siglo de Oro holandés. El perro aparece casi escondido en una zona oscura de la composición, rodeado de figuras humanas y estructuras dinámicas. Su presencia, aunque pequeña, añade tensión visual y simbólica al conjunto arquitectónico del lienzo.

El descubrimiento ocurre en el marco de un ambicioso proyecto de restauración iniciado en 2019, denominado “Operación Vigilia Nocturna”, que busca aplicar tecnologías modernas para examinar la pintura milimétricamente.
Lo que aún queda por resolver
A pesar del parecido tan marcado, los especialistas aún no han determinado con certeza la raza del perro: algunos sostienen que podría tratarse de una raza francesa, otros de una holandesa. Lenders y la dirección del museo admiten que probablemente nunca se conocerá con exactitud la especie, pues los artistas podrían haber utilizado una mezcla de referencias estilísticas.
El director del museo, Taco Dibbits, comentó que uno tiende a pensar que con las técnicas modernas ya se sabe todo de una obra, pero “lo bueno del gran arte es que siempre sigues descubriendo cosas”.