En la última subasta del año de los Certificados de la Tesorería de la Federación (Cetes), los rendimientos ofrecidos por el Gobierno mexicano registraron una de las mayores bajas en años, reflejo de un entorno de tasas de interés más bajas y una economía que deja atrás el ciclo de altos costos del dinero.
Las tasas de interés de los Cetes a corto plazo cayeron significativamente durante 2025. Por ejemplo, la tasa líder a 29 días se ubicó en 7.07 % al cierre del año, lo que representa una disminución de 297 puntos base respecto al cierre de 2024, el descenso más pronunciado desde 2020, cuando el retroceso fue de 301 puntos base.
De manera similar, los Cetes a 91 días pagaron 7.24 %, lo que implicó una reducción de 274 puntos base con respecto al año anterior, también el mayor descenso registrado en ese plazo desde 2020.
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Un año de ajustes y tasas a la baja
A lo largo de 2025, las tasas de los Cetes experimentaron oscilaciones importantes. Comenzaron el año con niveles cercanos al 9.85 % en enero, pero se ajustaron gradualmente a la baja hasta situarse en niveles por debajo del 7.2 % en diciembre, reflejando el contexto de política monetaria y las expectativas del mercado.
Estos movimientos ocurren en un entorno en el que el Banco de México (Banxico) ha reducido las tasas de referencia en respuesta a la evolución de la inflación y el crecimiento económico, con el objetivo de incentivar la actividad económica tras un periodo prolongado de tasas altas. Recientes datos muestran que la tasa objetivo de Banxico se redujo a alrededor de 7 % a finales de diciembre, su nivel más bajo en varios años.
Lo que significa para inversionistas y mercados
Los Cetes son títulos de deuda emitidos por el Gobierno federal y representan una de las formas más seguras de invertir en México, con plazos que van desde 28 hasta 364 días e incluso más, y son un instrumento clave tanto para inversionistas institucionales como para pequeños ahorradores a través de plataformas como Cetesdirecto.
La caída en las tasas de los Cetes indica que el costo del dinero a corto plazo se ha ajustado a la baja, en sintonía con la política monetaria más laxa y la expectativa de que la inflación continúe moderándose. Esto beneficia a quienes buscan financiamiento más barato o invertir con expectativas de menores rendimientos, aunque puede representar menores ganancias para quienes utilizan estos instrumentos como refugio seguro.
Sin embargo, analistas advierten que el contexto no es uniforme. Mientras los Cetes a corto plazo reflejan claramente el impacto de la baja en tasas, los bonos gubernamentales a mediano y largo plazo aún ofrecen rendimientos relativamente más altos, ya que los mercados demandan una prima adicional por la incertidumbre económica global, la inflación subyacente aún elevada y la trayectoria fiscal del país.

Perspectivas para 2026
Con el ciclo de tasas altas aparentemente atrás, el mercado de deuda en México podría seguir adaptándose a un ambiente de rendimientos menores, lo cual influirá en las estrategias de portafolio de inversionistas y en la gestión de la deuda pública. Expertos señalan que será clave observar cómo evolucionan tanto las expectativas de crecimiento económico como la inflación para determinar futuras decisiones de política monetaria.
En resumen, el año 2025 cerró con una caída histórica en los rendimientos de los Cetes, lo que marca una transición en el mercado de deuda que refleja la compleja interacción entre la política monetaria, la inflación y las perspectivas económicas de México.






