El greenwashing (o “lavado verde”) es una estrategia de marketing donde una empresa o marca finge ser ecológica para mejorar su imagen, pero en realidad no cumple con prácticas sostenibles ni respalda sus afirmaciones con pruebas.
Decir que un producto es "eco", "verde" o "sustentable" sin pruebas podría pronto tener consecuencias legales en México. El Senado está impulsando una reforma para frenar el greenwashing, esa estrategia que hace parecer ecológico lo que no lo es.

¿De qué se trata?
La propuesta busca que cualquier empresa o marca que quiera presumir bondades ambientales lo haga con pruebas científicas claras. Ya no bastará con poner una hoja verde en el empaque o decir que algo “cuida al planeta” sin fundamentos.
Esta reforma plantea que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) tengan facultades para revisar, exigir evidencia y sancionar mensajes publicitarios engañosos relacionados con el medio ambiente.
¿Por qué importa?
En un mercado saturado de productos “verdes”, esta medida representa un paso hacia la transparencia real y el consumo informado. Nos permite como consumidores tomar decisiones más conscientes y evita que marcas se aprovechen de nuestras buenas intenciones.
Además, protege el trabajo de empresas y emprendimientos que sí hacen esfuerzos reales por ser sostenibles, pero compiten en un terreno donde cualquiera puede vestirse de verde… aunque contamine igual.
Lo que propone la reforma:
- Las empresas deberán demostrar científicamente cualquier afirmación ambiental.
- Profeco y Semarnat podrán verificar y sancionar mensajes falsos o sin respaldo.
- Se busca erradicar términos vagos como "amigable con el ambiente" si no se explica cómo y por qué.
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¿Y tú qué puedes hacer mientras?
- Lee etiquetas más allá de lo superficial.
- Investiga o pregunta sobre certificaciones reales.
- Apoya marcas con prácticas transparentes y coherentes.
- Recuerda: lo sustentable no siempre viene en empaque “eco”.
Esta iniciativa es una señal clara de que en México la sostenibilidad ya no puede ser solo discurso. Y eso, sin duda, es buena noticia para el planeta.