El cine mexicano vive un momento histórico con el estreno de “Soy Frankelda”, la primera película nacional realizada completamente en animación stop motion, sin coproducciones extranjeras ni efectos digitales. Este logro consolida a México como un referente en la industria de la animación a nivel mundial.

Cada escena representa un triunfo técnico y creativo: más de 100 marionetas elaboradas a mano, 50 sets construidos artesanalmente y un equipo de artistas locales que apostaron por contar una historia hecha con talento completamente mexicano.

“Soy Frankelda” marca un antes y un después. No solo rompe barreras dentro de la animación nacional, también demuestra que el país puede competir globalmente en un terreno que parecía exclusivo de grandes estudios internacionales como Laika o Aardman.

El proyecto ha contado con el apoyo y la admiración de Guillermo del Toro, quien se ha convertido en una figura clave para su desarrollo. El director tapatío ha impulsado y promovido la película como una muestra del potencial que existe en México cuando el arte, la paciencia y la técnica se encuentran.

Con una atmósfera oscura y una estética impecable, “Soy Frankelda” no solo es una película, es una declaración de poder creativo. Su llegada a los cines simboliza la consolidación de una generación de artistas que sueña en grande y demuestra que en México también se pueden crear obras de talla internacional.