La facilidad de tomar fotos con nuestros celulares nos ha llevado a documentar casi todo en nuestra vida diaria, pero según varios psicólogos, esta práctica aparentemente inofensiva puede tener efectos negativos. Te compartimos algunos puntos clave para entender por qué tomar demasiadas fotos podría ser más perjudicial de lo que piensas.
1. Impacta tu memoria
Estudios, como el de la psicóloga Linda A. Henkel, revelan que tomar fotos en exceso puede afectar nuestra capacidad para recordar detalles. El acto de fotografiar en lugar de observar limita el procesamiento de los recuerdos, haciendo que dependamos más de las imágenes quede nuestra propia memoria.
2. Dificulta la atención plena
La investigadora Maryanne Garry encontró que al concentrarse en tomar fotos, las personas pierden la oportunidad de estar plenamente presentes. Para padres, esto significa menos momentos auténticos con sus hijos, ya que están más pendientes de capturar la foto perfecta.
3. Afecta tus relaciones
Según el investigador David Houghton, quienes comparten constantemente selfies en redes sociales pueden percibirse como narcisistas. Esta práctica, lejos de generar cercanía, puede alejar a amigos y familiares, ya que muchos no se sienten identificados con ese tipo de contenido.
4. Genera autoconciencia excesiva
Especialmente en niños, el hecho de ser fotografiados continuamente genera un alto grado de autoconciencia. Esto puede llevar a una autoevaluación constante y, en algunos casos, a problemas como ansiedad o vanidad. Para los adultos, también resulta problemático, ya que fomenta una imagen idealizada de sí mismos.
5. Salud mental y hábitos alimenticios
Fotografiar constantemente la comida puede ser una señal de problemas de salud mental, en especial en personas que ya tienen dificultades relacionadas con la comida. Algunos investigadores sugieren que documentar cada platillo puede ser perjudicial en lugar de placentero.
6. Disfrute momentáneo
Tomar fotos puede aumentar el disfrute de una experiencia, pero solo si no interfiere con ella. Cuando la fotografía se vuelve el centro de atención, puede hacer que incluso las experiencias positivas se vuelvan menos satisfactorias.
Este llamado de atención de los psicólogos invita a equilibrar nuestra relación con la cámara y enfocarnos en disfrutar el momento. ¿Será hora de reducir la cantidad de fotos que tomamos y volver adisfrutar de la vida sin filtros?