El mundo del deporte y del espectáculo está de luto tras confirmarse el fallecimiento de Diogo Jota, delantero del Liverpool y figura de la selección de Portugal, quien perdió la vida este jueves 3 de julio en un accidente automovilístico en Zamora, España, apenas 11 días después de haberse casado.
El siniestro ocurrió en la carretera A-52, cerca de la localidad de Cernadilla, cuando el vehículo en el que viajaban Jota y su hermano André Silva, también futbolista, sufrió el reventón de un neumático. El auto se salió de la carretera y posteriormente se incendió. Ambos fallecieron en el lugar.
La noticia ha estremecido al mundo del fútbol y más allá. Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Jürgen Klopp, LeBron James y el príncipe William se han sumado a los homenajes. Firmino, excompañero de Jota, escribió: “Fue un privilegio conocerte. Descansen en paz, mi hermano Jota y André”.

Con solo 28 años, Jota se había consolidado como uno de los atacantes más valiosos del Liverpool, equipo con el que ganó tres trofeos importantes y dejó una huella imborrable. Además, conquistó dos títulos de la Liga de Naciones con Portugal. Era un jugador moderno, intenso y cercano a los aficionados, especialmente a los más jóvenes.
El club Liverpool ha abierto libros de condolencias físicos y digitales para que los fans dejen sus mensajes. Las banderas en Anfield ondean a media asta, y todos los eventos del club han sido suspendidos hasta nuevo aviso.
Su historia es la de un joven que desafió las probabilidades: no surgió de una cantera grande, pero con esfuerzo se ganó su lugar entre los mejores. Su humildad, entrega y cercanía lo convirtieron en mucho más que un futbolista: fue un símbolo de lucha y humanidad.
Hoy, el deporte pierde una estrella y el mundo, a un ser humano ejemplar.