Brad Pitt, uno de los actores más reconocidos de Hollywood, ha sido víctima de un asalto domiciliario en su propiedad ubicada en Los Feliz, un exclusivo barrio al noreste de Los Ángeles. El hecho ocurrió la noche del pasado miércoles 25 de mayo, cuando tres ladrones ingresaron a su casa mientras el actor se encontraba fuera del país por compromisos profesionales.
El Departamento de Policía de Los Ángeles confirmó que los delincuentes treparon una de las vallas que rodean la propiedad y forzaron una ventana para ingresar. Aunque Brad Pitt, de 61 años, no se encontraba en casa —se le vio en una alfombra roja en Londres como parte de la promoción de la película F1, no se ha confirmado si había personal doméstico en el interior en el momento del robo.
Los ladrones se llevaron diversos objetos, aunque hasta ahora no se ha revelado el valor económico o sentimental de los artículos robados. Tampoco han sido identificados los sospechosos. Por el momento, los representantes del actor han preferido no dar declaraciones oficiales.
La casa afectada, conocida como “La casa de acero”, es una elegante residencia de una sola planta y aproximadamente 200 metros cuadrados, con tres habitaciones, tres baños, piscina y sauna. Adquirida por Pitt en abril de 2023 a Aileen Getty, heredera del imperio petrolero Getty, la propiedad se distingue por su arquitectura en forma de L, rodeada completamente por ventanales y vegetación.
Los Feliz ha sido por décadas el barrio favorito de Brad Pitt, desde que se mudó allí en los años noventa. Antes de habitar “La casa de acero”, vivió en una extensa mansión que había comprado en 1994 a la actriz Cassandra Peterson (conocida como Elvira), famosa por películas de terror. Esa propiedad, que adquirió por 1.7 millones de dólares, fue testigo de su vida con Jennifer Aniston, y luego con Angelina Jolie y sus seis hijos. Tras numerosas remodelaciones —incluyendo una pista de hielo y un estanque de peces— la vendió en plena etapa de divorcio por 40 millones de dólares, más de 20 veces su valor original.
La transacción de propiedades entre Pitt y Getty fue interpretada por medios estadounidenses como un intercambio estratégico: mientras Getty compraba la mansión más grande, Pitt adquiría la casa más pequeña pero en el mismo barrio, donde viven sus hijos, por aproximadamente 5.5 millones de dólares.
Hasta ahora, se desconoce si la vivienda sufrió daños estructurales o si entre los objetos robados hay piezas de alto valor personal o artístico. Las autoridades siguen investigando el caso, que ha causado revuelo tanto por la magnitud del actor como por la vulnerabilidad de una propiedad que parecía impenetrable.
